Temperaturas y velocidades extremas, cargas de choque altas y constantes, polvo abrasivo, productos químicos agresivos y alta humedad: puede decirse con seguridad que pocas industrias pueden igualar las condiciones de funcionamiento extremas de las acereras y las plantas de otros metales. Estas condiciones degradan los equipos, provocan paradas no planificados y, en el mejor de los casos, dificultan el mantenimiento eficaz. Las reglamentaciones cada vez más estrictas en materia medioambiental y de salud y seguridad también hacen que la protección del medioambiente y la seguridad de los empleados sean las principales prioridades de la industria en la actualidad. 

     Sin embargo sigue siendo necesario aumentar la productividad y la rentabilidad en las plantas productivas. Para poder hacer frente a la intensa competencia global, se requiere flexibilidad y soluciones especializadas. 

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